La Paraba Azul
Conservación de la paraba azul Anodorhynchus hyacinthinus en el Pantanal Boliviano

Introducción

La paraba azul (Anodorhynchus hyacinthinus) es la especie de mayor envergadura de toda la familia Psittacidae, llegando a medir entre 93 y 100 cm de largo. Esta magnífica especie está amenazada de extinción (Collar et al. 1992; Bernardes et al. 1990) y citada en el libro rojo de los vertebrados de Bolivia ‘en peligro’ (Ergueta y Morales 1996). La paraba azul es particularmente vulnerable por su bajo tamaño poblacional, su limitada distribución y su nicho que es altamente especializado. Durante los últimos 25 años, la especie ha sufrido una grave reducción poblacional debido a la captura para mascota, cacería furtiva y pérdida de hábitat (Munn et al. 1987).

La población mundial de la paraba azul en estado silvestre fue estimada en el año 1987 en 3000 individuos, con un rango entre 2500 y 5000 individuos en las tres principales áreas conocidas de su distribución: aproximadamente 750 se encuentran en la Amazonía Brasilera, 1000 en el estado brasilero de Minas Gerais, y 1500 en el Pantanal, de las cuales 200 estarían en Bolivia (Munn et al 1987). Según Parker et al. (1993) quedarían solo 100 individuos en Bolivia pero Dammermann (2000) encontró alrededor de 140 en el pantanal boliviano y sospecha la presencia de 74 individuos más. Además, Munn et al. (1987) reportaron dos individuos en Paraguay pero su presencia actual en este país necesita confirmación.

En Bolivia, la paraba azul ocurre al este del Departamento de Santa Cruz, al sur de San Matías (Remsen y Ridgely 1980; Ridgely 1981) propiamente en la provincia Ángel Sandoval, comprendiendo las comunidades de Candelaria, San Fernando, y Santo Rosario con sus respectivas estancias. También se encuentra en una segunda área bordeando Brasil, justo al norte de Corumbá (Munn et al 1987). Según Collar et al. (1993), López reporta un registro de segunda mano de más de cinco individuos en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, lo cual representaría una substancial extensión de su distribución global. Dos biólogos de la Wildlife Conservation Society, confirman que en 1992 vieron un grupo de cuatro o cinco individuos sobrevolando la Serranía Huanchaca en el PNNKM. Sin embargo, ésto fue su único registro durante más de 150 días en el mismo sitio (Wallace y Painter, comm. pers.).

La paraba azul es una especie de bosque estacionalmente seco del este y sud este de la Amazonía. Demuestra la habilidad de explotar diferentes tipos de alimentos en diferentes partes de su distribución, ocurriendo en hábitats de topografía, vegetación y clima muy variables (Munn et al, 1987). A través de todo su rango de distribución, la paraba azul se alimenta de las frutas de una o dos especies de palmeras, las cuales varían en diferentes áreas geográficas. Por ejemplo, la población que vive al este de Pará se alimenta de Orbignia phalerata y Astrocarium sp. mientras que en la región del Pantanal la especie come nueces de Motacú (Atalea phalerata), y Totaí (Acrocomia sp.) (Munn et al. 1987). El endosperma o mesocarpo de la fruta es obtenido a través del extraordinario poder del pico de la paraba. Se ha especulado que la paraba azul realiza movimientos estacionales, cubriendo grandes distancias, posiblemente asociados a la fenología de algunas plantas (Silva y Willis 1986), pero aún no ha sido confirmado.

En el Pantanal Brasilero, la paraba azul anida principlamente en Sujo (Sterculia striata); entre 95 y 100% de los nidos encontrados ocurren en cavidades en los troncos de arboles de esta especie.(Guedes 1993,1995). De los 25 nidos visitados por Dammermann (2000) en el pantanal boliviano 23 se encontraban en este mismo árbol. Aqui es donde nace el problema de la disponibilidad de nidos, que es el factor más limitante para el tamaño poblacional de varias especies de parabas (Munn 1992). En Brasil, los arboles grandes y con huecos en sus troncos son talados por los hacendados para la siembra de pasturas y porque piensan que en los huecos se esconden los murciélagos hematófagos, que perjudican al ganado (Guedes 1993). Durante la estación de anidamiento en el pantanal brasilero (agosto – marzo), solo del 15 al 30% de la población adulta intenta reproducirse (Munn et al. 1987) de las cuales se ha estimado el éxito reproductivo en 1.29 hijos por pareja nidificante (Guedes 1993). Según Munn et al, (1987) de cada 100 parejas nidificantes solo llegan a volar de 7 a 25 juveniles por año.

La hembra pone una media de dos huevos por nidada, entre los meses de agosto y diciembre, e incuba durante 28 a 30 días. Los huevos son blancos de forma esférico-elipsoide con una de las puntas ligeramente más puntuda que la otra, la cáscara es lisa, prácticamente sin porosidad. Los pichones nacen casi desnudos, con pocos plumones blancos recubriendo su cuerpo, y con los ojos y oidos cerrados. Su piel es rosada, fina y transparente y su pico es blanco y blando (Guedes 1993).

Las crías dejan el nido en un período de 97 a 120 días, con una media de 107 días. Los primeros vuelos son inseguros y asincronizados pero las crías siempre permanecen al cuidado de sus padres. Los padres siguen proporcionandoles la alimentación por algún tiempo más. Guedes (1993) observó una pareja alimentando a su hijo de cuatro meses con líquido de totaí verde. Los pichones permanecen con sus padres aproximadamente un año y cuatro meses (Guedes1993).

La captura o caza de la paraba azul es ilegal ya hace muchos años en Brasil como en Bolivia y Paraguay, pero generalmente la efectividad de las leyes nacionales ha sido mínima (Munn et al. 1987). Por ejemplo entre 1979 y 1982 se exportaron de Sudamérica hacia los Estados Unidos 1113 ejemplares de paraba azul, de las cuales 1089 provenían de Bolivia (Nores y Yzurieta 1984). Parker et al. (1993) especulan que en San Fernando los pichones siguen siendo sacados de los nidos conocidos. Dammermann (2000), afirma que los dueños de algunas estancias siguen vendiendo parabas cuando existe la posibilidad y sus observaciones sugieren que el factor que más está contribuyendo a la disminución de la población de la paraba azul en Bolivia es el tráfico ilegal de las aves vivas.